Uso y Abuso de la Tecnología en el Aula
Artículo publicado en Primary Preoccupation
A estas alturas de uso e
integración de las TIC en el aula, todos sabemos que la tecnología forma parte
de las clases de hoy en día, ya sea con aulas llamadas de ordenadores, modelo,
de informática, con netbooks y portátiles, PDIS, o con el cada vez más incipiente
uso de dispositivos móviles, bien porque los centros se los puedan permitir y
doten a los docentes de los mismos, o bien porque los docentes y/o los alumnos
lleven los suyos propios al aula; quizá esta última opción sea la más
frecuente.
Pero, con todo este equipamiento,
con todos estos dispositivos, con toda esta tecnología, ¿qué hacemos en las
aulas, uso o abuso? Es esta también una preocupación cada vez más recurrente
entre muchos profesores, y es la que se manifiesta en el artículo original en el
que se basa este post:The Use and Abuse of Technology in the Classroom.
¿Por qué? Porque, como bien dice Kathy Cassidy,
de igual manera que el hecho de tener libros en el aula no garantiza que el
alumnado aprenda a leer, el hecho de contar con tecnología en el aula no
garantiza que el alumnado aprenda a utilizarla como herramienta de aprendizaje.
Es necesario, tanto en el primer como en el segundo caso, seleccionar y
estructurar cuidadosamente lo que se va a usar para que realmente se convierta
en educativo, no vale sólo con tener ordenadores, portátiles y pizarras
digitales, sino que debemos utilizarlos adecuadamente, sin olvidar que nuestro
objetivo como docentes debería encaminarse a conseguir que nuestros alumnos
sean aprendices autónomos.
Abuso de la Tecnología
La tecnología no debería
convertirse en una simple ficha de trabajo en formato digital. Existen muchas
herramientas, aplicaciones y programas que lo único que nos ofrecen es
simplemente una versión digital de tareas en papel, que llevan al alumnado a
practicar y practicar una destreza que ya dominan, pero sin aportar ningún otro
valor añadido; y, aunque bien es cierto que las destrezas y las competencias
deben tener su práctica, si el uso de la tecnología no va a aportar más
creatividad, se convierte en el uso por el uso, es decir, el abuso, porque para
hacer lo mismo que se puede hacer con un papel y un lápiz, no es necesario
complicarse la vida con equipos, dispositivos y aplicaciones.
La tecnología no debe ser un
simple modo de mantener al alumnado ocupado. El tener un aula dividida en
rincones, en los que el alumnado puede trabajar con TIC individualmente o en pequeños
grupos no debe convertirse en un simple diseño, que sólo sirva para que un
grupo esté trabajando con un portátil mientras el docente atiende a otro grupo;
trabajando, navegando, ¿por dónde, para qué, con qué fin, vamos a dejar que se
entretengan con los equipos sin más, será entonces esto abuso de la tecnología
en el aula?
La tecnología no debería
utilizarse para hacer lo mismo que podemos hacer sin ella. Dibujar, escribir o
leer, por ejemplo, se convierten en algo atractivo si se hacen con una aplicación
o un programa, pero ¿tiene este hecho algún tipo de valor añadido cuando en
realidad la actividad es un fin en si misma? La verdad es que dibujar, escribir
o leer también se puede hacer en papel, y la tecnología debería aportarle algo
novedoso a estas actividades.
Uso de la Tecnología
La tecnología debería utilizarse
para acceder a lo que hasta ahora era inaccesible. Sin la tecnología, el
material docente al que podíamos acceder se limitaba al que teníamos en el
aula, en el centro, en la biblioteca; la tecnología nos da acceso a material
online que cubre cualquier necesidad y que sólo queda limitado a la propia
habilidad del docente para buscar y encontrar lo que verdaderamente necesita y
que deja ya sin excusas a aquellos que continúan diciendo: "Pero si
es que para mi asignatura no hay material, hay muy poco ..."
La tecnología debería utilizarse
para mejorar las buenas prácticas. Por ejemplo, algo como la lectura en alto,
que hace mucho tiempo se hacía mediante escucha en una cinta y que luego se modenizó
a un CD, ahora puede mejorarse con apps y libros online que además, resaltan
las palabras a medida que se van leyendo.
La tecnología debería utilizarse
para compartir con el mundo. El entorno del alumnado de hoy en día está
conectado, y lo está para compartir. La tecnología que tienen a su disposición
facilita que el alumnado comparta con el mundo lo que está aprendiendo, y al
hacerlo de forma digital, está invitando a que otros, como sus familias, se
impliquen y lo apoyen.
La tecnología debería utilizarse
para conectar. Antes de la llegada de Internet, la aulas eran como colmenas
aisladas. Ahora pueden interconectarse con otras aulas, con otros centros, con
otros individuos a los que preguntar y con los que compartir experiencias y
aprendizaje.
La tecnología proporciona
opciones. El hecho de que la tecnología proporciona al alumnado opciones a la
hora de escoger su propio estilo de aprendizaje y cómo compartir lo que ha
aprendido es importante. Algunos escogerán leer en tabletas o en el ordenador,
mientras que otros preferirán hacerlo en papel, por ejemplo, pero al menos han
tenido la opción de escoger, lo cual es esencial a la hora de adaptarnos a la
variedad de necesidades que tiene el alumnado.
En resumen, la tecnología no
debería utilizarse para hacer de otro modo lo que tradicionalmente ya veníamos
haciendo en las aulas, sino para hacer algo que hasta ahora no podíamos llevar
a cabo porque no teníamos tecnología.
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